Con lealtad y gratitud sincera
unida a ti por irrompible lazo
el alma filipina, en tu regazo
pone un beso de amor en tu bandera
Perdónala si evoca plañidera
de tu recuerdo el indeleble trazo
oh cuán dulce calor el de tu abrazo
para el que sufre en angustiosa espera
Mas... escucha sus votos inmarchitos.
Ni del tiempo los cursos infinitos
ni el nuevo rumbo de tutela extraña
extinguirán en tierra filipina
la fe en tu amor, la fabla cervantina
ni este grito supremo: ¡Viva España!
1922
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