El que en mi patria se muera
no tendrá en la tumba frío
que en ella hasta el cementerio
lo besa el sol con cariño
No es tan villano el hijo
que a su madre abandona
como el que de su patria
en renegar se honra
La arrogante Filipinas
es una discreta dama
a quien el harem repugna
y seduce la cabaña
Ante el bárbaro poder
de los modernos cañones
la fraternidad ha muerto
para siempre entre los hombres
1899
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